Ya casi oscureciendo tengo mi primer pique en horas. Era una trucha, que a pesar de no ser muy grande, ¡no dejaba de ser un pique al fin! Después de liberarla, el Yiyo ya estaba casi resignado a no poder pescar por última vez en el día, pero después de un par de casts más, tiene el pique de una linda trucha marrón. Festejos y fotos de por medio, ya considerábamos que el río había cumplido con nosotros, pero de repente tengo otro pique e instantáneamente el Tico tiene otro también, con la mala suerte de que los dos terminamos perdiéndolos. Después de tanta espera y tanto esfuerzo realizado durante toda la jornada, toda esta actividad se dio en un lapso de 10 minutos… Despues nos preparamos unos mates y acompañados de tortas fritas disfrutamos de la caida del sol, en ese lugar cerca de Villa LLanquin, a orillas del Rio Limay. despues emprendimos el regreso a Bariloche, para cenar y Disfrutar de la compañia de mi amigo Tico, un excelente ser humano.
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